Aún recuerdo la cara de sorpresa de todos los parroquianos de la cervecería de Ekrund, cuando el elfo espigado, con su brillante armadura, y ese porte rozando la chulería que solo los elfos saben llevar, entró en la posada preguntando por mí y pidiendo a la vez una…. ¡¡¡Cerveza!!!.
Su nombre era Sadish Eldelbar, y entonces lo comprendí; éste era el elfo del que hablaba mi gran amigo Dolomir Ardum en sus cartas; entonces temí lo peor.
Pero no, en lugar de traer malas noticias del campo de batalla, me contó anécdotas de sus vivencias con Dolomir y otros compañeros de armas, y de cómo había formado junto con ellos y varios mas de los Ardum, la hermandad de los Lobos de Altdorf.
Entre cerveza y cerveza, fue inculcándome los valores e ideales que los habían llevado a formarla, y yo fui ilusionándome con ser parte de ella, y poder así salir de Ekrund y hacer frente a esta amenaza que nos acecha día a día, y quizá encontrarme con viejos amigos.
Al caer la tarde, antes de despedirse, Sadish me hizo entrega de un estandarte…., ¡el estandarte de los Lobos de Altdorf! (el porqué me lo entregó a mi, deberíais preguntárselo a él), rogándome que buscase a los Lobos, pero eso si, me dijo que si mis servicios eran requeridos en algún otro lugar, no dudara en que, lo primero es ganar la guerra, y la mejor manera de ganarla es ser parte de ella.
Así que, separándome de mis hermanos, los cuales también tomaron la decisión de partir, cogí el estandarte que me había sido entregado , buscando ser parte en cualquier batalla a la que hacer frente, y portarlo con orgullo, con la certeza de que nos llevará a la victoria.
No he vuelto a ver a el Elfo, pero dejo dicho que si algún día se le necesitaba de verdad, sabríamos donde buscarle.
Y aquí estoy, en compañía de otros Lobos, en lo que los humanos llaman Territorio Trol, apurando los últimos sorbos de una cerveza mientras el sargento de guardia del Castillo de Felde nos indica que nuestro grupo ya está dispuesto para salir……., vamos a la fortaleza de Mandred, llevamos varios días intentando su asedio, espero que hoy sea el día…… y que pueda contarlo con otra jarra de cerveza en mi gaznate.
Su nombre era Sadish Eldelbar, y entonces lo comprendí; éste era el elfo del que hablaba mi gran amigo Dolomir Ardum en sus cartas; entonces temí lo peor.
Pero no, en lugar de traer malas noticias del campo de batalla, me contó anécdotas de sus vivencias con Dolomir y otros compañeros de armas, y de cómo había formado junto con ellos y varios mas de los Ardum, la hermandad de los Lobos de Altdorf.
Entre cerveza y cerveza, fue inculcándome los valores e ideales que los habían llevado a formarla, y yo fui ilusionándome con ser parte de ella, y poder así salir de Ekrund y hacer frente a esta amenaza que nos acecha día a día, y quizá encontrarme con viejos amigos.
Al caer la tarde, antes de despedirse, Sadish me hizo entrega de un estandarte…., ¡el estandarte de los Lobos de Altdorf! (el porqué me lo entregó a mi, deberíais preguntárselo a él), rogándome que buscase a los Lobos, pero eso si, me dijo que si mis servicios eran requeridos en algún otro lugar, no dudara en que, lo primero es ganar la guerra, y la mejor manera de ganarla es ser parte de ella.
Así que, separándome de mis hermanos, los cuales también tomaron la decisión de partir, cogí el estandarte que me había sido entregado , buscando ser parte en cualquier batalla a la que hacer frente, y portarlo con orgullo, con la certeza de que nos llevará a la victoria.
No he vuelto a ver a el Elfo, pero dejo dicho que si algún día se le necesitaba de verdad, sabríamos donde buscarle.
Y aquí estoy, en compañía de otros Lobos, en lo que los humanos llaman Territorio Trol, apurando los últimos sorbos de una cerveza mientras el sargento de guardia del Castillo de Felde nos indica que nuestro grupo ya está dispuesto para salir……., vamos a la fortaleza de Mandred, llevamos varios días intentando su asedio, espero que hoy sea el día…… y que pueda contarlo con otra jarra de cerveza en mi gaznate.